Navia y los Ancares lucenses

Castillos, pallozas, hórreos, pueblos pintorescos, orografía abrupta y sobre todo una impresionante naturaleza y una tranquilidad extrema es lo que nos espera en nuestro viaje a los Ancares lucenses. Comenzamos nuestra visita en Navia de Suarna, concretamente en A Proba, la capital del municipio, atravesada por el río Navia y cuya playa fluvial es lugar de esparcimiento verano. En su núcleo urbano destacan el puente medieval, A Ponte Vella, el puente viejo, de origen medieval, con un solo arco y calzada de pizarra en pronunciada pendiente, y el que fue castillo de los Altamira, que se levanta junto al puente sobre un macizo rocoso y que como tantos otros fue destruido en las guerras irmandiñas del siglo XV.

Subiendo hacia las montañas que forman una barrera natural entre Lugo y León, las vistas son ya espectaculares. Desde lo alto se adivinan algunas poblaciones que vamos a recorrer, como la aldea de Coro, de gran importancia etnográfica y en la que se puede pasear entre las tradicionales viviendas de la comarca. Caminando entre sus casas nos podemos hacer una idea de cómo es la vida en esta alejada comarca luguesa. Desde allí arranca una de las muchas rutas de senderismo, la de la Garganta del Rao. Precisamente en Rao destacan las grandes casonas y se nos recuerda que estamos en plena reserva de la Biosfera.

Seguimos ganando altura y disfrutamos de preciosas vistas, adivinando al fondo la aldea de Coro, que acabamos de visitar. Más adelante nos adentramos en la provincia de León, para llegar a Balouta. La carretera en tierras leonesas es pésima, muestra de un total abandono. Aquí nos acercamos a una palloza y nos dejamos llevar por la tranquila vida de sus pobladores, observando la arquitectura popular en la que no faltan los hórreos.

Nos despedimos de León en Suarbol, cuyo silencio solamente es roto por la campanillas de las vacas.

De nuevo en la provincia de Lugo nos topamos con Piornedo, la aldea de las pallozas, posiblemente el mejor lugar para ver de cerca estas típicas construcciones de piedra, de planta circular u oval y con techo cónico de tallos de centeno. En Piornedo hay 14, consideradas Bien de Interés Cultural. Una de ellas incluye un museo etnográfico. En sus pequeñas calles siempre se puede encontrar algún vecino presto a contar alguna curiosa historia de la aldea.

En lo alto de una loma está la capilla de San Lorenzo y en la entrada de la población la fuente construida en 1787 gracias la contribución de los habitantes, tal como recuerda la inscripción en la piedra.

Nuestra siguiente parada es en Ponte de Gatín, donde hay que admirar el puente de origen romano sobre el río Navia. Formaba parte de la XIX Vía Romana , la calzada que unía Braga, Lugo y Astorga. Este puente se reformó en la edad Media. Como recordatorio de su procedencia, en el centro hay un miliario romano con unas inscripciones.

Nuestra última parada es en Doiras, población dominada desde lo alto de una colina, a 745 metros de altitud, por un castillo medieval. Perteneció al señor de Cervantes, el conde de Graxal de Campos. Tiene dos torres, la del homenaje, de 15 metros de altura, y otra circular. Es de propiedad privada y aunque no se puede visitar, bien merece que al menos lo veamos desde el exterior.

Si buscas dónde comer no dudes en ir a A Escola, variedad de platos bien elaborados, incluso pescado y pulpo, una de las especialidades de la casa. Tiene una barra con buen ambiente y agradables tapas, especialmente la empanada. Recomendable reservar.

Muy cerca del anterior está el Mesón Aarau, más sencillo pero con un económico menú diario.

Dónde dormir es una pregunta que tiene fácil respuesta, el Hotel Casa Suarna está en el mismo centro de A Proba. Habitaciones impecables, muy acogedoras, desayuno incluido y personal muy amable.

Estas son nuestras sugerencias para un recorrido por los Ancares de Lugo, una comarca de variadísimas flora y fauna, construcciones peculiares, muy buena gastronomía y una tranquilidad y un silencio que harán de tus vacaciones un recuerdo inolvidable.