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Albarracín y su sierra

Un paseo por esta comarca de Teruel con una espectacular Naturaleza, cascadas, pinares y pinturas rupestres


Situada en la sierra que lleva su nombre, el topónimo de Albarracín procede de los Banu Razín, una familia beréber. Es Monumento Nacional desde 1961 y el epicentro de una comarca de gran riqueza natural en la que hay vestigios prehistóricos, celtíberos, romanos y árabes.

El núcleo urbano, que se gestó a comienzos del siglo XI, es una red de pequeñas calles que suben y bajan flanqueadas por casas que son clara muestra de arquitectura popular, con entramados de madera y tabiques de yeso rojizo que le otorgan una imagen muy peculiar. En ellas hay muestras de escudos heráldicos, como el de los Navarro de Arzuriaga, de los pobladores procedentes de otras zonas de la Península que decidieron instalarse aquí aprovechando las ventajas que se les otorgaba a fin de repoblar la villa.

Desde lo alto preside el entorno su castillo o alcazaba, cuyo origen está en lo que fue una medina del siglo X. La ciudadela unida a las torres de la Muela y el Andador constituía el núcleo defensivo de la ciudad. Albarracín exige dejarse llevar por sus callejuelas, combinación de escalinatas, pasadizos y mansiones, con balcones y ventanas a veces tan próximos que parece que los vecinos pudieran darse la mano desde una casa a la de enfrente.

En la Plaza Mayor está el Ayuntamiento, antigua Casa del Consejo, que también fue cárcel; alberga el Archivo Histórico Municipal. La plaza ocupa el espacio de un antiguo foso natural de la muralla y, además de lugar de reunión, es recinto de espectáculos musicales y taurinos en las fiestas patronales que se celebran en septiembre.

El Portal del Agua es una de las puertas de la muralla, de la que se conserva el arco y una torre adosada. A través de esta salida se descendía al río por el lado sur. Muy cerca, un mirador permite una buena vista del castillo y la catedral. El Palacio Episcopal es actualmente sede de la Fundación Santa María de Albarracín, y en él se realizan cursos y congresos. Está anexo a la catedral, levantada en el siglo XIII sobre una mezquita y reconstruida en el XVI. Incluye diversas capillas familiares de los apellidos más importantes de la localidad. El interior se puede ver en horarios de misa o pagando una visita guiada.

Otras iglesias de Albarracín son la de Santiago, también edificada sobre una mezquita y vinculada a la Orden religiosa y militar de Santiago, y la de Santa María, del siglo XVI y con elementos góticos y mudéjares.

Se mire desde donde se mire se advierte lo pintoresco del núcleo urbano, destacando las casas colgadas con sus balconadas de madera. El casco antiguo está cerrado al tráfico, excepto para residentes, aunque la estrechez de las calles desanimaría de por sí al uso del coche. En la parte baja, y al otro lado del río, se sitúa el barrio del Arrabal.

La localidad está enclavada en las faldas de una montaña y rodeada por el río Guadalaviar. Bordeando su cauce se extiende un sendero en parte apto para todas las personas, mientras que otro tramo excluye a niños pequeños y aquellas que tengan problemas de movilidad. Hay varios puntos para iniciar esta ruta que termina cerca del túnel de salida a la carretera de la Sierra. En total son cerca de 2 kilómetros por el meandro del Guadalaviar, cruzando puentes, paseando bajo los árboles y aprovechando excelentes vistas sobre la ciudad y su castillo.

Dónde comer y dormir

A la hora de preguntarse dónde comer hay que tener en cuenta que algunos locales solo abren los fines de semana. Te recomendamos El Rincón del Chorro, un excelente restaurante con personal profesional y muy amable y una completa y original carta; la Taska Osiosa, muy cerca del anterior, un concepto más sencillo pero con tapas y raciones muy buenas, entre ellas unas riquísimas delicias de queso, y Güenísimo, con platos más simples y raciones del típico jamón de Teruel.

Si buscas dónde dormir una buena opción es el Hotel Doña Blanca, en la zona del Arrabal, muy cerca del centro y con aparcamiento propio, lo cual en este pueblo es todo un lujo. Las habitaciones están bastante mejor de lo que podría parecer por la apariencia exterior del edificio. Es un hotel muy limpio, cómodo y con personal verdaderamente amable.

Qué visitar

En la sierra te aconsejamos antes que visitar los pueblos, que por mucho que te digan no tienen gran interés, admirar la preciosa naturaleza, especialmente el Pinar de Rodeno, así llamado por el conjunto de formaciones rocosas de tono rojizo conocidas como rodeno en las que crece el pino que lleva su nombre.

Este es un lugar que no debes perderte por su belleza, lo espectacular de las moles de roca, los tupidos pinares y el impresionante silencio. Hay muchas rutas de senderismo para realizar, desde las más cortas de poco más de 1 kilómetro, hasta otras que requieren algunas horas caminando. Como colofón podrás admirar pinturas rupestres en varios puntos del pinar. Así pues, no dejes pasar la oportunidad de dedicarle una visita.

Otro punto imprescindible es el de la cascada de Calomarde, también conocida como Molino Viejo, es un salto de agua en el curso del río de la Fuente del Berro, afluente del Guadalaviar. Es de muy fácil acceso y a ella se llega por la carretera A-1704 de Calomarde a Royuela. Hay unos 17 kilómetros desde Albarracín, lo que se traduce en unos 20 minutos en coche. Está muy bien señalizada, así que no tiene ninguna pérdida. Basta con descender un camino y en poco tiempo se está frente a la cascada. El entorno es muy bonito e invita a pasar un rato paseando por los alrededores, admirando la arboleda junto al río, cuyas aguas son lo único que rompe el silencio.

Otro regalo de la naturaleza que no debes perderte es el de los ríos de piedra, unas curiosas formaciones. Los podrás ver en las inmediaciones de Orihuela del Tremedal. Parra llegar hasta allí, al entrar en Noguera no sigas recto hacia Orihuela, la carretera es malísima y peligrosa por la caída de piedras. En Noguera toma la desviación a Bronchales, alcanzarás antes tu destino y con más seguridad. Los ríos de piedra son acumulaciones de bloques de cuarcitas generadas por el agua filtrada en los procesos de hielo y deshielo. Con la contracción y dilatación debidas a los cambios de temperatura se producen las fracturas de las rocas, que acaban generando este curioso fenómeno.

Terminamos así este viaje a Albarracín, que deseamos que os haya gustado y os sirva como base para conocerla. En el vídeo que aparece en la parte superior podréis ver las imágenes de todo cuanto os hemos explicado en este texto.


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