Dónde comer bien en Santiago de Compostela

Como ocurre en tantos sitios en los que el turismo explota de manera casi desmesurada, la hostelería no es la mejor virtud de Santiago de Compostela, ámbito en el que está lejos de otras poblaciones de Galicia.

Muchos de los establecimientos de la capital gallega tienen una oferta claramente dirigida al peregrino, en la que prima el precio bajo y en la que no es calidad todo lo que reluce, ni siquiera eso que reluce es, en bastantes casos, producto gallego.

Dejamos fuera de esta relación, por unos u otros motivos, restaurantes «afamados» y otros estrellados, calificación que consideramos hay que atribuirles de manera más próxima al verbo que al adjetivo, sin que se acierte a comprender cómo han obtenido galardón alguno. Así que, los que aparecen a continuación son sitios en donde comer bien en Santiago de Compostela.

Restaurante dos Reis (Hostal de los Reyes Católicos, Plaza del Obradoiro). De unos años hasta hoy ha mejorado mucho. Carta muy variada con nutrida presencia de platos regionales. Raciones abundantes en un precioso local, las antiguas caballerizas, y un servicio muy profesional y atento. Los precios están en consonancia con un hotel de cinco estrellas y con el histórico lugar en el que se está. No confundir con el Enxebre, el otro restaurante del Hostal de los Reyes Católicos, también muy bonito pero inferior en todo, también en precio.

Filigrana (Hotel Quinta da Auga, Paseo da Amaia, 23 B, salida hacia Noia). En las afueras de la ciudad. También elegante y con personal muy agradable. Resultados muy buenos, aunque con una carta algo limitada y reducida, por ejemplo en pescados, a la mínima expresión. Raciones suficientes en cuanto a tamaño. Tiene un bar con jardín en el que, con buen tiempo, se puede rematar una sesión para el recuerdo.

A Moa (Rúa de San Pedro, 32). Gente joven y entusiasta, trato inmejorable al cliente. Buenos productos del mar, en la línea de que es mejor tener un buen pescado en la carta que no cinco malos, aun así la oferta entre unas cosas y otras es más que suficiente para poder elegir. Platos ligeros, nada de aceites sospechosos ni fritangas, y precios muy adecuados. Cuenta con un jardín y con un animado bar en la parte superior. Mesas sin mantel, sí, madera a la vista, pero con una higiene que los comensales más rezagados podrán comprobar in situ.

Pampín (Ruela de Fontiñas, 4). Próximo al anterior en localización y concepto. En este caso no hay que dejarse llevar por la imagen exterior del edificio, una pequeña puerta en el rincón de un callejón. Hay que entrar sin dudarlo para disfrutar de una comida también ligera y con buenos ingredientes. Platos abundantes a precios muy razonables. Igualmente, gente joven de lo más amable.

A Curtidoría (Rua da Conga, 2-3). Especializado en arroces, aunque con oferta, eso sí, algo corta, de carnes y pescados. Local luminoso, alegre y acogedor en el mismo centro histórico. Servicio en consonancia con el ambiente, muy agradable. El típico restaurante en el que se disfruta de una comida o cena.

Hasta aquí las propuestas de restaurantes donde comer bien Santiago de Compostela. Fuera de estas sugerencias queda todo al azar o a la mayor o menor exigencia del comensal. En todo caso, si de verdad quiere tener una buena experiencia, nunca se deje guiar por esos portales de internet donde todo es fabuloso. La realidad es más bien otra.