El Burgo de Osma

El Burgo de Osma es una interesante población soriana, muy agradable para pasar un fin de semana y descubrir sus monumentos, alrededores y buen ambiente. La vida transcurre en torno a la calle Mayor, en la que se encuentra el Ayuntamiento (más exactamente en la Plaza Mayor), un edificio de dos pisos que aprovecha algunos elementos de la antigua Casa Consistorial. A ambos lados se levantan sendas torres, al parecer erigidas con el objeto de hacerlo similar al Antiguo Hospital que se ve justo enfrente.

Este último, con características propias de las construcciones de los Austria, es de los siglos XVII y principios del XVIII. En su fachada están los escudos de armas de los obispos Montoya y Arévalo.

En la misma calle nos encontraremos con el Palacio Episcopal, del siglo XVI, y que actualmente encierra el archivo diocesano. Vale la pena detenerse a admirar la portada de estilo gótico hispano-flamenco.

Pocos metros más abajo llegamos a la joya de esta ciudad, la catedral de Nuestra Señora de la Asunción (foto de la izquierda), fruto de diversas modificaciones que resultaron en el precioso templo de estilo gótico, visita obligada para todos aquellos que lleguen a El Burgo de Osma.

A pocos metros se alcanza una de las puertas que aún se conservan de la muralla del siglo XV, la de San Miguel. A partir del siglo XVIII dejó de ser un elemento defensivo debido al desarrollo urbanístico de la localidad.

Todo lo visto hasta ahora lo encontrará el visitante dando un pequeño paseo, pero todavía hay más que ver, siempre exigiendo pequeños desplazamientos, como la antigua Universidad, el convento del Carmen y el antiguo Hospicio.

En las afueras de El Burgo de Osma hay otros puntos de interés, entre ellos el puente medieval de origen romano, el castillo y, sobre todo, la ciudad celtíbero romana de Uxama. De ésta se conservan unas ruinas que en su momento se encontraban en la calzada que unía Zaragoza con Astorga. Se localiza en la carretera que va a Valladolid, en el cerro de Castro. Se puede visitar gratuitamente, si bien todo el entorno está (afortunadamente) vallado pero las ruinas son perfectamente visibles. Unos paneles informan de cada rincón, la plaza, los aljibes, los edificios y la gran mansión de los Plinios.

A dos pasos aparece la atalaya, torre defensiva de planta circular desde la que se tiene una magnífica vista de la ciudad y del castillo. Es un monumento declarado Bien de Interés Cultural.

El castillo se alza en un macizo entre los ríos Abión y Ucero. De esta construcción defensiva hay noticias desde el siglo X, teniendo una especial importancia en la lucha contra los musulmanes al ser uno de los puntos más expuestos del Reino de León.

El Burgo de Osma es una excelente opción para una escapada de fin de semana. Tras visitar los monumentos referidos, hay que dejarse llevar por la calle Mayor y sus aledaños para disfrutar de las tapas de sus bares y compartir con los burgenses la vida alegre en la calle. Desde luego que riqueza patrimonial y buen ambiente no le faltan.