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León, la ciudad divertida

La noche de León es muy larga, larguísima, tanto como tú seas capaz de aguantar


León
Preparativos del desfile de pendones durante el San Froilán de León.

León forma parte de esa «faja del hielo» que se extiende desde Lugo hasta Vitoria, pero el frío invierno no es óbice para que sea una ciudad verdaderamente divertida; digamos la verdad, muy marchosa.

Es más, sea cual sea la época del año posiblemente tengas problema para encontrar un hotel en el centro de la ciudad durante los fines de semana, porque León recibe no solo visitantes de las cercanas Galicia y Asturias, también de otras provincias castellanas, lo que provoca que sus calles estén llenas de gente que no perdonan esa costumbre tan típica de ir de vinos. Y algo más que de vinos.

León

Todo ello se multiplica alrededor del 5 de octubre, fecha en que se celebra la fiesta del patrón local, San Froilán, con su vistoso desfile de pendones y el concurso de carros engalanados; entonces sí que ya no cabe un alma más en la ciudad.

No es muy difícil encontrar la ruta a seguir en esta amable y acogedora ciudad. Arrancando de la Plaza de San Marcelo comenzarás a encontrarte un rosario de personas que ascienden por la Calle Ancha. No te preocupes, no te perderás, imposible. Continuando por esta última, se te abrirán dos posibilidades; si tomas hacia la izquierda entrarás en el Barrio Romántico, que desde hace unos años vive toda una explosión de locales donde tomar unos cortos (como en el Norte se conoce a las cañas pequeñas), «butanos» o los clásicos vinos; si optas por irte hacia la derecha, rumbo a la Plaza Mayor o la Plaza San Martín, estarás de lleno en el Barrio Húmedo, (sobran las explicaciones sobre el nombre), en el que encontrarás más de lo mismo, quizá en algunos locales un ambiente un poco diferente, pero en todo caso gente y más gente con sus bebidas y sus tapas (contundentes las tapas leonesas), ya sea en el interior de los establecimientos o en la propia calle. Prueba a meterte por las pequeñas callejas e indaga un poco, puesto que encontrarás bares y más bares.

Ahí no se acaba todo, porque la noche de León es muy libre y muy, muy, larga, larguísima…, tanto como tú seas capaz de aguantar. En todo caso, es una ciudad tranquila, muy agradable para pasear por sus calles y plazas y ver sus monumentos (indispensable su preciosa catedral y el Hostal de San Marcos) hasta que llegue el momento del tapeo. Seguro que lo pasarás de maravilla. No hay duda de que es un lugar fantástico para pasar un fin de semana, ¿o más de uno?


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