Llanes, villa de película

Llanes es una ciudad vinculada al cine, no en vano han sido numerosas las películas que en esta villa y en sus alrededores se han rodado.

Esta agradable localidad de la costa asturiana es un lugar ideal para una pequeña escapada, ya sea de un fin de semana o de unos pocos días, si tienes algo más de tiempo para conocer su precioso entorno.

Llanes regala tranquilidad al visitante, una calma siempre necesaria cuando se quiere desconectar de la actividad cotidiana. A pesar de esa paz que transmite, sus calles están siempre animadas, con gentes que suben y bajan, muy especialmente por las calles del tapeo en las horas claves del día.

Pero antes de ponernos ante un plato, hay que recorrerla, llegar hasta el Torreón, seguir el paseo de San Pedro para asomarse a la playa del Sablón, ver la hermosa fachada del Casino y, si hay un poquito de tiempo, acercarse a la playa del Toró o visitar la cueva de Tito Bustillo.

Probablemente el paseo os haya abierto el apetito, así que habrá que recorrer la zona del muelle (a ambos lados), en cuyas terrazas los llaniscos se sientan plácidamente para degustar las tapas de los bares, a veces muy abundantes, como las de la Sidrería Colón. En caso de que busques algo un poco formal para comer o cenar, un buen destino es el Siete Puertas (calle Manuel Cué, 7), restaurante con interior y terraza y personal simpático y eficiente.

Justo detrás está la plaza Magdalena, otro de los lugares de vinoteo habituales de los habitantes de Llanes. Subiendo un poco más por Manuel Cué, encontrarás, a la derecha, la calle Mayor, donde se encuentra el Chigre El Antoju, una sidrería con excelentes fritos de rape y los tremendos y típicos cachopos.

En la plaza de San Roque y calle Castillo hay más locales, entre ellos Castillo, una vinoteca muy agradable. También está siempre muy animada, especialmente con el buen tiempo, la plaza Parres Sobrino, a pocos metros de la anterior y con establecimientos de los de «toda la vida». Casi al lado, en la calle Mercaderes, hay un par de pastelerías en las que deberás detenerte para probar las especialidades locales. Una de ellas es la Confitería Vega (en el número 10), que lleva más de un siglo elaborando los típicos carbayones y las llaniscas de almendra. Frente por frente te espera otra tentación, la Pastelería El Fito, cuyo escaparate te abducirá literalmente. Casi al lado de esta (en el número 13) hay una gran tienda de alimentación, Casa Buj, allí podrás comprar unas excelentes habas, los exquisitos quesos asturianos (cabrales, gamoneu etc.), vinos del Principado y, si ya no aguantas más el apetito, unos pequeños bocadillos de jamón que te preparan al momento.

Para completar la ruta del tapeo continúa por la calle Mayor, además del mencionado El Antoju hay varias sidrerías dispuestas a convencerte de que los productos asturianos están buenísimos.

Suponiendo que seas como mi maleta y yo, es decir, de los que meten las narices en todas partes, camina hasta el final de la calle Mayor, llegarás al barrio de Cimadevilla, te ofrecerá una imagen distinta de Llanes. Desde ahí volverás al muelle en pocos minutos.

Para completar la estancia en tan bonita villa te recomendamos un hotel que es también un soplo de calma, La Hacienda de Don Juan (calle La Concepción, 5), un establecimiento cuya arquitectura responde al estilo indiano (al menos uno de los dos edificios de que se compone), con zona ajardinada, silencioso, impecable, con una cuidada decoración, spa, amplio aparcamiento y a unos 5 o 10 minutos a pie del centro. Valga como curiosidad que justo enfrente está la casona donde se rodó la película Los otros. Es el típico hotel que te hace dudar de si quedarte en él a leer un buen libro o salir a recorrer Llanes.

Te hemos ofrecido otra propuesta para unos días de descanso o para un fin de semana diferente. Esperamos que lo disfrutes y que Asturias te (re)conquiste.